VINCULACIÓN TECNOLÓGICA

Riesgo de la vivienda para la salud: extienden la aplicación de un sistema de diagnóstico

Se trata de una metodología que se implementa a través de un software y permite identificar las condiciones del proceso salud-enfermedad-ambiente.


Juan Carlos Vazquez, María del Carmen Rojas y Julio Castillo. Foto: gentileza investigadores.

Con el objetivo de obtener diagnósticos de las condiciones de las viviendas y del potencial riesgo que representan para la salud de los habitantes, un equipo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) comenzó a trabajar en 2005 en una metodología que permita obtener nuevos indicadores. El sistema se consolidó mediante el desarrollo de un software basado en redes neuronales y variables difusas, a cargo de especialistas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional Córdoba (FRC), que permitió su aplicación en distintas ciudades de la región de las Américas.

Tras las primeras experiencias, el software “Riesgo, Vivienda y Salud” permitió no solo la obtención de indicadores de una población, sino lograr el compromiso social y el empoderamiento por parte de los ciudadanos. La provincia de Neuquén será la próxima en adoptarlo, tras la firma de un convenio entre CONICET, UTN y el Ministerio de Salud provincial, que se concretó hace pocas semanas.

María del Carmen Rojas es la investigadora independiente del CONICET en el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI, CONICET–UNNE) que empezó a desarrollar esta metodología en 2005, en la provincia del Chaco. “La iniciativa surgió en base a lineamientos de la Red Interamericana de Vivienda Saludable, avalada por OPS/OMS, como parte del trabajo para mi tesis doctoral. En ese entonces se planteó la necesidad de contar con diagnósticos de la vivienda y la salud en la región de las Américas y analizar el riesgo, desde el enfoque de la vulnerabilidad social y la salud colectiva”, explicó la arquitecta y doctora en demografía.

Según detalló, los primeros pasos para definir este sistema incluyeron una revisión sobre la importancia de la vivienda en la salud, los principios de seguridad de la vivienda y los indicadores de condiciones de viviendas insalubres. “La vivienda y la salud no pueden tratarse como si fueran entidades independientes. Su análisis requiere de puntos de vista multidisciplinares que tengan en cuenta no sólo el daño físico o la enfermedad, sino también los factores sociales, organizacionales e institucionales, relacionados con el desarrollo de las comunidades”, señaló la investigadora.

Una vez que se definieron los criterios para la agrupación de la información y la conformación de bases de datos que estuvieran disponibles para todos los países, el equipo coordinado por Rojas inició un trabajo conjunto con la Facultad Regional de Córdoba de la UTN. Allí, el ingeniero en Sistemas, Juan Carlos Vázquez y el doctor en Ciencias de la Computación, Julio Castillo; desarrollaron un software basado en redes neuronales y variables difusas.

“Los que hace el software es tratar de entender la metodología desarrollada desde el CONICET para ponerla en un programa y lograr que éste funcione como un dispositivo que propicie la co-construcción del conocimiento de manera transdisciplinar. Esto se logra mediante el alcance de índices de vulnerabilidad social y riesgo, explicó Vázquez. El principal aporte de este sistema, consideró, es “complementar un proceso integral, que va mucho más allá del análisis de los datos y que permite la construcción de la ciudadanía y el empoderamiento por parte de cada comunidad”.

Mediante la aplicación de este software, la metodología desarrollada por los científicos del CONICET pudo ser transferida a distintas comunidades, permitiendo obtener información acerca de cuál es la vulnerabilidad social de los hogares en la vivienda en relación al proceso salud-enfermedad-ambiente. “Básicamente, lo que hace el software es aprender lo que los expertos y los representantes de los gobiernos locales y la comunidad tienen para enseñarle y de esa manera, cada lugar en el que se aplica cuenta con un equipo transdisciplinar a su servicio”, agregó Julio Castillo.

Tras el desarrollo de este programa, la aplicación se inició mediante pruebas en distintas comunidades de Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia y Cuba, entre otras. Los resultados permitieron evaluar más de un millón de hogares.

Después de la etapa de evaluación, se suscribieron convenios con gobiernos locales para la aplicación de esta metodología. Uno de los primeros fue en la localidad de Villa del Totoral, en Córdoba. También se transfirió al municipio de Benevides, en la región metropolitana de Belem de Para, Brasil.

Actualmente, se está iniciando por primera vez el proceso de transferencia a nivel provincial, que se desarrollará en Neuquén. Será a través de un convenio que fue firmado el mes pasado entre CONICET y el Ministerio de Salud Pública de la provincia.
“Es un trabajo que se está desarrollando con muchísima responsabilidad, que requirió un análisis de un gran volumen de información y que demanda un compromiso permanente por parte de los investigadores y de cada comunidad. Los científicos podemos avanzar y construir, pero si no tenemos un contexto que nos apoye, nuestro trabajo no sirve de nada”, detalló Rojas, quien destacó las gestiones realizadas desde la Oficina de Vinculación Tecnológica de CONICET para alcanzar los acuerdos.

Próximamente, está previsto que el software se transfiera a otras provincias, entre las que estarían Corrientes y Chaco. “El objetivo a lograr con los gobiernos locales es deconstruir los datos para pasar del conocimiento a la comunicación para la acción”, finalizó la investigadora.

  • Por Cecilia Fernández Castañón. CCT Nordeste.