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Desarrollan y transfieren técnicas para preservar especies nativas de orquídeas

En el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE, CONICET – UNNE) aplican métodos de cultivo in vitro.  


Por sus características ambientales, el Nordeste es considerado un lugar estratégico para el cultivo de orquídeas. FOTO: CONICET Nordeste.

Las orquídeas componen una de las familias botánicas más numerosa del planeta, con una amplia diversidad de géneros y especies. Desde el laboratorio de Fisiología Vegetal del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE, CONICET – UNNE) se desarrollan y transfieren técnicas de cultivo in vitro, con el objetivo de estudiar, conservar y valorizar las variedades nativas de la región.

Eduardo Flaschland es profesor de la cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y es especialista en biotecnología. Para contar su experiencia en el campo de la investigación y el cultivo de orquídeas, fue invitado al ciclo de entrevistas de CONICET Nordeste en Un Buen Día, de Chaco TV.

“Nuestro trabajo está orientado a encontrar las mejores opciones para cultivar y valorizar las especies nativas de orquídeas de Argentina, en especial las de nuestra región. La tarea comienza por rescatarlas, porque existe un deterioro causado por la tala desmesurada de bosques y de selvas, que ha incrementado la enorme pérdida no sólo de orquídeas, si no de muchas otras plantas”, señaló el invitado durante la entrevista.

Según explicó, desde el IBONE se están haciendo estudios para utilizar técnicas in vitro, teniendo en cuenta su particular método de reproducción. “Las orquídeas producen una enorme cantidad de semillas, pero por cada 10 mil que caen, solo una germina. A su vez, de cada mil semillas germinadas, solo una llega a la floración, así que la tasa de crecimiento es muy baja”, indicó el especialista.

Para Flaschland, la transferencia de los conocimientos que se obtienen mediante el trabajo científico que desarrolla el IBONE es clave. “Ayudamos a las personas que tienen interés en cultivar orquídeas, ya sea como afición o como salida laboral. Hace 15 años atrás, Corrientes no tenía cultivadores profesionales de orquídeas, pero la apertura del CONICET y de la Universidad hacia la transferencia permitió, por ejemplo, que actualmente haya una familia en la localidad de Santa Ana que produce orquídeas en sus propios laboratorios”, destacó.

En ese sentido, también mencionó la importancia de la existencia de la Asociación de Orquidiológos de Corrientes, una entidad que tiene 25 años de trayectoria y que permite generar espacios para compartir conocimientos con aficionados y microemprendedores. “Queremos eliminar los mitos que existen con respecto a las orquídeas respecto de que son plantas muy difíciles de cuidar o muy caras. Actualmente son mucho más accesibles”, resaltó el investigador.

Cooperación internacional

En octubre de 2015, Flaschland participó como disertante del Primer Congreso Internacional de Orquídeas Tropicales, que se realizó en la ciudad de Jalapa, México. Este espacio permitió generar nuevos vínculos de cooperación para el IBONE, como la llegada de una becaria de la Universidad Veracruzana de México.

“En pocos días llegará el vicerrector de la Universidad Veracruzana y durante su visita se firmará un convenio que permitirá profundizar los intercambios entre las dos instituciones”, adelantó.

“En esta región tenemos buenas condiciones ambientales para el cultivo de orquídeas. Una de las más importantes, como para cualquier planta, es contar con buena calidad de agua. Tenemos muy buenas temperaturas y excelentes condiciones de luz, más la gran diversidad genética de las orquídeas nativas. Eso nos hace un lugar estratégico, junto con Brasil”, repasó.