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LAS ISLAS DESDE EL CONOCIMIENTO
El rol del Estado argentino respecto a los veteranos de guerra
El investigador del CONICET Daniel Chao analiza cuáles fueron las políticas públicas implementadas para los ex combatientes.
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Apenas un mes después del fin de la guerra de Malvinas, en julio de 1982, se registraron las primeras disposiciones gubernamentales destinadas a los ex combatientes. Desde ese entonces, el Estado nacional desplegó una serie de acciones que, con diversos matices, tuvieron el objetivo de reconocer y asistir a quienes combatieron en las islas.
A 40 años de la guerra, un investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI, CONICET – UNNE) reflexiona acerca de cuál fue el rol del Estado argentino y cómo se construyó la figura de los veteranos de Malvinas. Después de haber estudiado el tema en su tesis de doctorado, Daniel Chao identificó una doble manera de entenderlos, que osciló entre los conceptos de héroes de la patria y de sujetos vulnerables.
Desde sus primeras aproximaciones al tema como estudiante de grado, Chao advirtió que cada vez que se hacía referencia a los veteranos de Malvinas —sobre todo a quienes fueron soldados—, se hablaba de vacío y abandono. “Cuando volvieron de las islas no había ninguna legislación que los ampare o los tenga en cuenta porque se trataba de conscriptos en armas, es decir, de civiles que fueron a una guerra. Entonces no se sabía muy bien qué hacer con eso”, repasa el investigador.
Su trabajo se basó en los documentos oficiales producidos desde los poderes Ejecutivo y Legislativo que tienen al veterano como un “problema de Estado” entre 1982 y 2017. El análisis incluyó leyes, decretos, resoluciones, disposiciones, proyectos de ley y programas de salud, educación y trabajo, que intentaron dar solución a una vida definida como problemática.
Las primeras medidas fueron dispuestas a través de directivas del gobierno militar que todavía gobernaba el país en 1982. Incluyeron becas del Ministerio de Educación y algunas recomendaciones hacia adentro del Ejército sobre cómo tratar a los soldados, algunos de los cuales habían ido a combatir sin haber pasado por instancias básicas de instrucción y continuaban bajo el régimen del Servicio Militar Obligatorio.
Una doble construcción
Desde la restauración de la democracia en 1983, los distintos gobiernos fueron tomando medidas destinadas a los ex combatientes que construyeron conceptos alrededor de los veteranos de la Guerra de Malvinas para el Estado. “Hubo dos formas de entenderlos. Una tuvo que ver con el reconocimiento, ubicándolos en el pedestal de héroes de la patria. Eso fue indiscutible y fue pronunciado tanto por Galtieri como por todos los presidentes de la democracia. Pero, a su vez, el Estado también desplegó otros dispositivos que tienen que ver con la necesidad de resocializarlos, entendiéndolos como una suerte de marginales que no entran en los cánones de la sociedad, que quedaron afuera y que necesitan siempre algún tipo de ayuda. Eso es algo que todavía se mantiene, incluso en diversas medidas y proyectos actuales”, señala Chao, y agrega que “hay una línea de continuidad entre las formas en que fueron pensados y proyectados esos problemas entre la dictadura y la democracia”.
Las conclusiones que alcanzó después de investigar el tema, que fueron sintetizadas en el libro “¿Qué hacer con los héroes? Los veteranos de Malvinas como problema de estado?” (Editorial SB, 2021), revelan que la idea del abandono estatal hacia quienes combatieron en las islas tiene matices. “Lo que hubo fue un funcionamiento típico del Estado argentino, que puede ser calificado de descoordinado, burocrático y a veces hasta poco efectivo, pero no se puede decir que hubo un abandono hacia los veteranos porque en todas estas décadas se han aprobado múltiples leyes y se han dispuesto medidas fundamentales que hoy benefician a cerca de 23 mil personas”, considera el investigador.
¿Por qué estudiar la guerra?
Durante muchos años, estudiar a las Fuerzas Armadas fue un tabú para las ciencias sociales. El recelo derivado de los golpes de Estado y las dictaduras militares que sacudieron al país configuraban, según Chao, un prejuicio difícil de sortear para quienes pretendían acercarse a las Fuerzas Armadas como este objeto de estudio desde las ciencias sociales. La tesis del investigador del IIGHI abordó una problemática que no tenía precedentes en Argentina ni en América Latina. “Los estudios generalmente estaban vinculados a la memoria o enfocados en la perspectiva de los centros de ex combatientes, pero mi trabajo tuvo que ver con cómo el Estado abordó la problemática de la veteranía. Ahora hay cada vez más estudios que abordan la experiencia bélica”, asegura Chao, quien actualmente investiga las campañas militares al Chaco a fines del Siglo XIX. “Creo que la cuestión de la guerra es fundamental para pensar los Estados, pero también para pensar cómo se concibe lo social”, concluye.
Esta nota forma parte de “Las islas desde el conocimiento”, un proyecto que invita a mirar las Malvinas a través del prisma de la ciencia. Los contenidos se publican en fechas específicas ligadas al conflicto bélico, porque como dice la socióloga feminista del CONICET Dora Barrancos, sin memoria simplemente no hay condición humana. Recordemos que un día como hoy, hace 40 años, en medio del conflicto bélico, el Papa Juan Pablo II llegaba a la Argentina para intentar una salida diplomática a la guerra.
Por Cecilia Fernández Castañon