CIENCIAS NATURALES Y BIOLÓGICAS

Parecidas, pero no iguales: el uso de la genética para evitar la extinción de aves

Desde un laboratorio en Corrientes y junto a otros grupos, científicos argentinos estudian el perfil genético  de especies en riesgo.


Un estudio mostró que los cauquenes colorados de Argentina y Chile son genéticamente distintos a los de Malvinas. Foto: gentileza Ricardo Matus.

Delimitar áreas protegidas, prohibir la caza y conservar los sitios de reproducción son algunas de las medidas que se implementan para proteger a las aves y mantener la biodiversidad de los ecosistemas. Pero ¿qué pasa cuando una especie escasa no se diferencia de otra más abundante y son confundidas? La aplicación de técnicas de la genética por parte de los biólogos de la conservación resulta clave para descubrir estos casos y brindar recomendaciones para emprender estrategias de protección más efectivas.

En 2012, un grupo de científicos comenzó a estudiar la variación genética de los cauquenes, una familia de aves sudamericanas del orden de los patos, también conocidos como gansos australes o avutardas; prestando especial atención a los cauquenes colorados que habitan en el sur de Argentina y Chile, así como también en las Islas Malvinas. Investigadores del Laboratorio de Biología de la Conservación del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET-UNNE), participan de este estudio, que es pionero en la aplicación de técnicas genómicas en una especie de ave en peligro de extinción en el país.

Mediante un trabajo que fue recientemente publicado en la revista Journal of Biogeography, los investigadores lograron determinar que las poblaciones de las Islas Malvinas son genéticamente diferentes a las del continente, a pesar de que sólo están separadas por 450 kilómetros de distancia.

La investigadora asistente del CONICET, Cecilia Kopuchian, participa de este proyecto, que busca definir la correcta identidad de estas aves. “Lo que planteamos fue hacer la evaluación genética de laspoblaciones de cauquén colorado que aún quedan en Argentina y Chile para determinar si eran o no distintas a las que habitan en las Islas Malvinas. Si bien a la vista son muy parecidas, los marcadores moleculares mitocondriales que evaluamos en un primer estudio nos mostraron diferencias muy claras”, explica la bióloga, quien comenzó a estudiar esta especie en Buenos Aires y continúa con sus investigaciones desde el nordeste, donde está radicada actualmente.

Hasta el siglo pasado el cauquén colorado era una especie muy abundante en el continente y llegó a ser declarada –con escasos fundamentos científicos- una plaga, acusada de causar daños a la agricultura. Se fomentaron diversos métodos para disminuir sus poblaciones, como la caza deportiva en Buenos Aires y la recolección de huevos en la Patagonia.

Para completar el complicado panorama, la introducción de especies exóticas en las áreas de cría, como zorros y visones, causó un alto nivel de depredación de los nidos. Recién en el año 2008 se modificaron las antiguas leyes que la consideraban una especie dañina y el cauquén colorado pasó a ser una especie protegida por encontrarse en peligro de extinción en Argentina y Chile.

Los registros actuales indican que habría apenas menos de mil ejemplares de cauquenes colorados en la zona continental. En tanto, en las Islas Malvinas se estima que existen unos 40 mil cauquenes colorados, ya que en ese territorio las poblaciones no sufrieron persecución humana y uno de sus principales depredadores naturales, el zorro-lobo malvinero, se extinguió.

El nuevo trabajo que desarrolló el equipo integrado por biólogos del CECOAL permitió desentrañar con mayores detalles la historia de la colonización de las Islas Malvinas por los cauquenes colorados. Por medio de la utilización de técnicas genómicas como la Secuenciación de Nueva Generación (NGS, por su sigla en inglés) pudieron analizar y comparar miles de marcadores moleculares, verificaron la diferencia entre ambas poblaciones de cauquenes y apoyaron la hipótesis que surgió en el estudio previo, en el que se había analizado un solo marcador.

Aunque en Argentina y Chile se declaró en peligro de extinción al cauquén colorado, para los organismos internacionales de conservación no se trata de una especie amenazada, ya que se tiene en cuenta la gran población que permanece en las Islas Malvinas. Adrián Di Giacomo, investigador asistente del CONICET en el CECOAL, es otro de los científicos que participó del estudio y considera que “la población pequeña de cauquén colorado que se encuentra en el continente ahora debería ser considerada una especie diferente de la población insular y necesita que urgentemente se realicen acciones conservación adicionales a las ya adoptadas para evitar su extinción en los próximos años”.

“Algunas de estas nuevas acciones serían establecer un programa de protección de nidos en la Patagonia, y la cría en cautiverio para reforzar las poblaciones silvestres como se ha hecho con otras especies de esta familia”, propone.

Los resultados de estos estudios permitirán nuevos trabajo de colaboración con otros grupos de investigadores de otros países. “A raíz de esta publicación, las organizaciones que nuclean a los zoológicos europeos nos enviarán próximamente muestras a Corrientes para determinar si existen individuos continentales reproduciéndose allá y poder así colaborar en las acciones propuestas, ya que en Argentina no conocemos que haya reproductores en cautiverio como para iniciar un proyecto de estas características”, adelantó Kopuchian.

Sobre investigación:
– Cecilia Kopuchian. Investigadora asistente. CECOAL.
– Adrián Di Giacomo. Investigador asistente. CECOAL.
– Leonardo Campagna. Fuller Evolutionary Biology Program, Cornell Laboratory of Ornithology, Cornell University, EE.UU.
– Robert E. Wilson. University of Alaska Fairbanks. EE.UU.
– Mariana Bulgarella. University of Minnesota. EE.UU.
– Pablo Petracci. GEKKO–Grupo de Estudios en Conservación y Manejo, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca. Argentina.
– Juan Mazar Barnett. Aves Argentinas/Asociación Ornitológica del Plata, Buenos Aires. Argentina.
– Ricardo Matus. Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura, Punta Arenas. Chile.
– Olivia Blank. Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura, Punta Arenas. Chile.
– Kevin G. McCracken. University of Miami, Coral Gables, Florida. EE.UU.

Por Cecilia Fernández Castañón. CCT Nordeste.