Entrevista al Dr. Gustavo Aucar

“Sin ciencia y tecnología el nordeste no va a salir del atraso y la pobreza”

El Dr. Gustavo Aucar explicó los objetivos, roles y visiones del CONICET Nordeste en la región.


Dr. Gustavo Aucar en su oficina del IMIT. Foto: CCT Nordeste.

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) tiene un Centro Científico Tecnológico (CCT) en el nordeste que nuclea a siete institutos de investigación y todo el personal de CONICET incluyendo becarios que trabajan en las cuatro provincias del NEA. Su director es el doctor en Física, Gustavo Aucar, quien explica cuál es el rol de la institución en el desarrollo regional y la formación de recursos humanos de alto nivel.

Cabe destacar que el CCT Nordeste está compuesto por tres institutos de investigación ubicados en Corrientes –Centro de Ecología Aplicada del Litoral, Instituto de Botánica del Nordeste e Instituto de Modelado e Innovación Tecnológica-, uno en el Chaco –Instituto de Investigaciones Geohistóricas-, todos de doble dependencia con la Universidad Nacional del Nordeste. En Misiones hay tres institutos –Instituto de Materiales de Misiones, Instituto de Biología Subtropical e Instituto de Estudios Humanos y Sociales-, de dependencia compartida con la Universidad Nacional de Misiones.

¿Qué son los CCT y cuál es la función que cumplen en el desarrollo regional?

G.A: Son estructuras que pretenden potenciar el avance científico y tecnológico, como también la parte administrativa de lo que ocurre alrededor de no menos de cuatro institutos de investigación del CONICET. En este momento son catorce los CCT en Argentina, que están acotados geográficamente a ciudades o a regiones como la nuestra.

Estas estructuras surgen en una época de expansión del CONICET con cambios bruscos en cuanto a políticas de desarrollo, porque aparecen en un momento en que la entidad tiene un crecimiento importante de recursos humanos y de presupuesto, pero también en el cómo relacionarse con el entorno social y su presencia en el interior del país.

¿Cuál es el impacto de esta presencia en nuestra región?

G.A: Nuestro CCT es una estructura relativamente nueva, ya que lleva cinco años en el nordeste, pero se observa una gran expectativa por sus posibilidades de crecer, de afianzarse y generar institutos nuevos, potenciar nuevos modos de trabajar, etc.

En diversos ámbitos observo un gran interés por lo que el CONICET puede hacer. Este acercamiento es una enorme oportunidad para que se produzcan cambios necesarios que tienen mucho retraso. En particular en lo que puede brindar la institución a sus propios investigadores en esta región, tanto en lo que sean ciencias básicas, aplicadas, desarrollos tecnológicos, cuestiones locales. Es una región donde los investigadores están muy aislados.

Hacia lo externo, estamos tratando de establecer una relación más profunda con el entorno social, ya sea con los gobiernos provinciales, municipales, empresas, escuelas. Estamos abiertos a escuchar las necesidades del medio y caminar juntos para encontrar los mejores caminos de solución. Tenemos una oficina de vinculación tecnológica que cada vez es más consultada para manifestar necesidades o para conocer aquellas cosas que el CONICET puede ofrecer. Estas ofertas tienen que ver con áreas muy diversas, como ser cultura regional, humedales, yerba mate, peces, producción vegetal y animal, tecnología y todas aquellas áreas de investigación que desarrolla la entidad.

Desde el CCT Nordeste pretendemos lograr un desarrollo armónico. Hay provincias que tienen más desarrollo en investigación, como Corrientes y Misiones, y otras que tienen menos, como Chaco y Formosa, y se hace necesario promoverlas. Lo mismo sucede con algunas áreas, ya que la ganadería y la agricultura está más desarrollada mientras que son muy escasos los desarrollos en tecnología. También es necesario avanzar en algunas cuestiones sociales.

¿Cómo ha sido el crecimiento en ciencia y tecnología de la región?

G.A: Si uno mira hacia atrás, ciencia y tecnología fue un área olvidada en Argentina por mucho tiempo, con muy poco apoyo a todos los niveles. Cada investigador e instituto tenía que hacer un enorme esfuerzo para sostenerse y crecer, sobre todo en las regiones más alejadas del centro del país. Hay que reconocer que en los últimos ocho años la política nacional en ciencia y tecnología ha generado una toma de conciencia sobre lo fundamental que es para la sociedad moderna este aspecto.

Diez años atrás los desarrollos que tenía ya la región en ciencia y tecnología estaban ocultos, porque para el pueblo ciencia se hacía en el exterior o en las grandes ciudades. Había un desconocimiento muy grande de lo que se hacía, de quiénes eran los científicos, cómo trabajaban y cuáles eran sus temas de investigación y desarrollo. Hoy en día la expansión es tan grande que tenemos la posibilidad de incorporar nuevos becarios o nuevas líneas de investigación pero no hay suficientes investigadores para que las dirijan.

De manera que el crecimiento se encuentra un poco frenado porque no tenemos un número adecuado de recursos humanos. Entonces esto viene a plantear la necesidad que tiene el CCT Nordeste de incorporar nuevos recursos humanos formados. El crecimiento vegetativo como tal no va a posibilitar la superación de la demanda. De manera que una de las cosas que queremos fomentar fuertemente es la radicación de investigadores que vengan de otros lugares del país o del exterior.

¿Qué cantidad de investigadores y becarios hay en el NEA?

G.A: El CONICET tiene alrededor de ocho mil investigadores, de los cuales solo el 2% pertenece a la región NEA. Becas hay aproximadamente nueve mil y el 2,4% en el NEA. Quiere decir que en cuatro provincias de Argentina tenemos el 2% de CONICET en ciencia y tecnología. Esto indica dónde estamos parados cuantitativamente, pero no en calidad.

Contamos con recursos humanos de muy alta calidad en diversas áreas de la botánica, la fisiología, genética animal, la ecología, ciertas tecnologías, modelados numéricos y físicos o químicos, procesos en ingeniería, ciertas áreas de las ciencias sociales y humanas, ciencias de la salud. En estas áreas y otras no enumeradas aquí contamos con referentes nacionales e internacionales. Lo que sucede es que aún es muy poco. Necesitamos que esto crezca y lo haga rápidamente.

¿Cuál es la relación estratégica que tiene el CONICET con las universidades regionales?

G.A. Actualmente, la institución está muy relacionada con las universidades y en búsqueda de aumentar su relación con el medio productivo. Con las universidades porque entendemos que es en la universidad donde se forman los recursos humanos altamente capacitados. Los que liderarán los cambios necesarios. Además no hay ninguna posibilidad de competencia regresiva o de que esta relación signifique pérdida para una u otra entidad. Con el medio productivo la relación está creciendo y espero se consoliden los mecanismos de consulta y transferencia pronto.

El CONICET está convencido de que es necesario trabajar en conjunto con las universidades y con empresas e instituciones públicas o privadas para que se potencien las instituciones y enriquezcan así al medio social y productivo regional y  hacerlo de modo sinérgico y generoso. Nosotros tenemos lo propio de la ciencia y tecnología, y el hecho de ser una institución con mucha trayectoria y bien posicionada a nivel internacional. Para alcanzar un nivel estándar de calidad en la producción es necesario cumplir algunas reglas, de las que tenemos mucha tradición, y podemos y queremos compartirla con la universidad y transferirla al medio socio-productivo de la región.

Sin ciencia y tecnología el nordeste no va a salir de la pobreza y del atraso. Lo que ocurrió en Argentina anteriormente es que se produjo un drenaje importante de zonas marginales como la nuestra, hacia el centro del país. Los más capacitados se fueron y se van de la región porque no tienen posibilidades de crecer y desarrollarse profesionalmente. Esto nos ha empobrecido permanentemente. Es un deber y una responsabilidad grande el buscar revertir esta situación.

Si queremos frenar este drenaje tenemos que ofrecerles a los jóvenes más capaces la posibilidad de desarrollarse en el lugar. Lo que nos toca a nosotros y queremos hacer es brindar las condiciones mínimas, tanto de trabajo como humanas, para que los más capaces y mejor formados puedan desarrollarse en nuestra región.

¿Cuál es el compromiso de la institución con los problemas regionales?

G.A: A nivel central hay una fuerte preocupación por las problemáticas del medio en general. A nosotros también nos interesan y mucho las de la región. Le agrego que, entre las visiones que nosotros tenemos del CCT está la de promover el conocimiento científico tecnológico. Existen escuelas nuestras en las que los chicos no han escuchado aún hablar de primera mano sobre ciencia, tecnología o método científico. Allí también queremos llegar.

El compromiso es por un lado vincularnos con el medio productivo. Es decir, conocer los problemas que tienen las empresas y organismos estatales, y saber si podemos resolverlos aquí en la región o en el país. Contamos con expertos en una enorme cantidad de áreas, de modo que tenemos la capacidad de resolver problemas muy concretos. Empresas, municipios, entidades estatales, y también generando actividades a nivel educativo. Es un trabajo muy lento pero que ya empiezan a verse resultados.

¿Cuáles son las áreas que hace falta desarrollar en la región?

En general, creo que debemos dar un salto cualitativo en tecnología en sentido amplio. Por ejemplo, hoy en día hay un enorme desarrollo en metodologías de producción, relevamiento de datos y tratamiento de los mismos, aplicables a la industria, al agro y a la ganadería. También a lo social y de desarrollo humano.

Un caso es que estamos promoviendo la creación de un instituto que tendrá que ver con el desarrollo urbano. Deberá responder a preguntas sobre cómo y dónde se deberían desarrollar nuestras ciudades, qué tendríamos que hacer para que en el mediano plazo no tengamos colapsos habitacionales o de servicios, cuáles son los aspectos centrales a considerar, qué entorno ecológico amplio deberían tener. Cómo generarlas y potenciarlas. Me importa mencionar que existen recursos humanos y tecnológicos en la región para responderlas con adecuado nivel científico.

La tendencia y el desafío es incorporar ciencia y tecnología de la más alta calidad que podamos en la región. En particular, fortalecer las áreas tecnológicas, ya sean básicas o de aplicación inmediata, y que esto también posibilite que nuevas empresas, algunas de base tecnológica ¿por qué no?, se puedan radicar en la región.

Estamos ante una oportunidad enorme de crecimiento, tanto por lo que hoy se puede hacer con y desde el CONICET, como con y desde las universidades.