PROGRAMA VOCAR

Estudiar los recursos naturales en un laboratorio a cielo abierto

Alumnos de colegio secundario participaron de una jornada de ciencia y desarrollo sostenible en la localidad de Virasoro.


El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.
El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.
El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.
El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.
El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.
El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.
El doctor Neiff junto a los alumnos y docentes de la Escuela Técnica. Foto: CCT Nordeste.

Cuidar los recursos naturales, cómo tomar y analizar muestras de suelo y agua, por qué algunos bosques pierden biodiversidad, fueron algunas de las temáticas abordadas en la jornada “Ciencia y Desarrollo Sostenible”. La misma se realizó con treinta y dos alumnos de la Escuela Técnica Nuevo Milenio, de la localidad de Virasoro (Corrientes), el pasado martes 21 de octubre.

La actividad estuvo a cargo del investigador del CONICET, doctor Juan José Neiff, director del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) y la doctora Sylvina Casco, también investigadora de ese Centro y la participación de cinco docentes de la institución. Se realizó en el marco del Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

La jornada dio inicio en la Escuela Técnica, donde el doctor Neiff propuso dos juegos a modo de ejercicio con los alumnos. El primero consistía en que cada estudiante escriba en un pequeño papel que les fue entregado al comienzo de la jornada, todos los usos posibles, según su conocimiento. Luego, se recabó la información y se realizó un registro de dichos usos, especificando el porcentaje de chicos que realizó la misma elección.

La información se sistematizó en una planilla, donde se encontraron veintiún formas de uso, en algunos casos con mayor consenso que otros (notas, aviones de papel, origami, etc.). “Lo mismo sucede cuando pensamos qué hacer con un campo, lo que se me ocurra dependerá de mis conocimientos previos y del valor rentable. Es así que quien toma la decisión de manejo, prestará atención a actividades que tengan buen rendimiento, que sean ambientalmente amigables y socialmente equitativas, lo que implica dar bienestar a la mayor cantidad de población”, expresó el investigador.

El mensaje del juego es que los usos que se da a  un recurso varían de acuerdo a la composición social y étnica de la sociedad en la que surge. Así como también que la percepción que hay de un recurso cambia de acuerdo al contexto histórico, ya que los intereses del ser humano se van modificando, así como se va modificando también la sociedad y las relaciones entre las demandas en cantidad y calidad, de cada recurso. "Por esta razón debemos sentirnos usuarios, y no dueños de los recursos”, expresó.

El segundo juego  estuvo destinado a mostrar nuestras limitaciones de conocimiento. Utilizó  monedas de un peso, de las que tienen acuñado el sol en una de sus caras. Los chicos observaron y compararon una treintena de monedas aparentemente idénticas.

Luego realizaron una segunda observación, con herramientas de trabajo propias de un laboratorio, donde debían mirar la cantidad de rayos del sol de la insignia, letras, peso, diámetro, aleación de los metales y la sistematizaron en una planilla, quedando al descubierto que no todas las monedas de un peso son iguales.

Los chicos descubrieron que tienen un "botón" con alguna de las letras A, B, C, o D, lo que marca el origen del país en que fueron producidas (Corea, Inglaterra, Francia, Brasil).

“La ciencia descubre y pone de manifiesto aquello que no es evidente a simple vista. Las cosas pueden parecer iguales de acuerdo a la intensidad y a la escala con que uno mire. La ciencia enseña a ver la esencia de las cosas y de los procesos por distintos caminos o procedimientos”, explicó el ecólogo e investigador Juan José Neiff.

Luego de estas actividades, el grupo se trasladó hasta el Establecimiento Las Marías para llevar adelante la segunda parte de la jornada, consistente en el reconocimiento de los paisajes naturales y las áreas de producción. El establecimiento es una empresa que tiene una vinculación de veinte años con el CONICET, para la selección genética de plantas para cultivo y para el manejo ambiental.

Comenzó como una empresa ganadera, posteriormente incorporó cultivos de yerba mate y te, y hoy es uno de los sistemas de policultivos más avanzados de la región, con más de ciento un usos en sus campos, si bien produce principalmente los cultivos mencionados y bosques para madera de alta calidad, con normas FSC, manteniendo su calificación internacional desde hace diez años.

Allí se realizó una actividad a campo donde recorrieron un bosque para reconocimiento de especies nativas, y los doctores Neiff y Casco mostraron qué indicadores de "salud" del ecosistema son tenidos en cuenta. Los estudiantes presentaron distintos criterios para el mantenimiento o restauración de la biodiversidad, analizando luego algunas muestras de suelo.

El recorrido continuó por la laguna Don Víctor, uno de los humedales que hay en el campo, señalando que la salud de los humedales es uno de los indicadores de las alteraciones que se producen en los sitios más elevados del paisaje (cultivos, ganado, caminos). Allí los investigadores mostraron cómo sacar muestras de agua y realizar distintas mediciones para conocer su calidad. Asimismo, enseñaron a los alumnos cómo identificar cuándo el agua está en condiciones de ser ingerida, y qué hacer en casos de que esté contaminada.

La jornada, de la que participaron más de treinta chicos de entre 14 y 19 años de edad y cinco docentes de la Escuela Técnica Nuevo Milenio, terminó al comienzo de la tarde. El objetivo fue estimular las vocaciones científicas de los jóvenes, y hacerlo desde un ambiente natural y cercano a ellos orientando su conocimiento previo y mostrando que la ciencia es una actividad propia del hombre que no requiere capacidades excepcionales.

 
El Programa VocAr tiene como fin promover la democratización del conocimiento científico para generar igualdad de oportunidades en el acceso a la ciencia. A través de charlas y talleres participativos, investigadores de todo el país comparten con la comunidad sus hallazgos e investigaciones. A su vez, busca despertar la vocación científica y el entusiasmo de los jóvenes por la ciencia con el fin de orientarlos en la elección de sus futuras carreras universitarias.
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