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La vuelta del Guacamayo Rojo: liberan los primeros ejemplares en el Iberá

El jueves 29 se reinsertará a un grupo de animales que estuvo en proceso de adaptación.


Los guacamayos que serán liberados atravesaron un proceso de adaptación y fueron sometidos a múltiples estudios. FOTO: Gentileza investigador.

El día 29 de octubre, en el Portal Norte de los Esteros del Iberá, se llevará a cabo la liberación del primer grupo de Guacamayos Rojos en la Reserva Natural del Iberá. Estos animales saldrán de un aviario de aclimatación construido en las inmediaciones, para que gradualmente puedan adaptarse a la vida libre en los mogotes de la selva del Iberá y de esa manera comenzar a repoblar la zona.

El proyecto es desarrollado en conjunto por investigadores del Laboratorio de Biología de la Conservación del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET–UNNE) y del Instituto Multidisciplinario sobre Ecosistemas y Desarrollo Sustentable (IMEDES, CONICET-UNICEN), junto con otras instituciones, como The Conservation Land Trust. Adrián Di Giacomo, investigador asistente del CONICET en el CECOAL de Corrientes y experto en biología de la conservación e Igor Berkunsky, experto en guacamayos e investigador asistente del CONICET en el IMEDES de Tandil; so los coordinadores científicos del proyecto.

Los investigadores informaron que la zona de liberación es un pastizal húmedo, no apto para visitantes, por lo que se ruega que solo acudan personas con invitación, para evitar molestias a los animales en el momento de su liberación

Acerca del proyecto

Durante los asentamientos tempranos de las culturas precolombinas en Centroamérica, y luego, durante la colonización europea en el Caribe y en Sudamérica, muchas de las poblaciones de guacamayos fueron exterminadas. De las 25 especies de guacamayos conocidas, nueve ya están extintas desde 1600 en adelante. Primero se fueron extinguiendo las especies de guacamayos de las islas del Caribe, debido en parte a su pequeño tamaño poblacional, y luego se extinguió en el continente el Guacamayo Violáceo.

En el litoral y en el norte de Argentina siempre habitaron los guacamayos, pero se han extinguido tres especies de ellos en los últimos dos siglos. Los más grandes y vistosos, el Guacamayo Rojo (Ara chloropterus) o ‘’guaá-pytá’’ para los guaraníes, y el Guacamayo Violáceo (Anodorhynchus glaucus) o ‘’guaá- hovy’’ fueron habitantes de los campos con isletas de selva, palmares y las selvas que acompañan los ríos de las provincias de Corrientes y otros sectores del Noreste Argentino (Formosa, Chaco, Santa Fe, Misiones y Entre Ríos).

Los guacamayos fueron desde siempre utilizados por los pueblos originarios tanto para su consumo, compañía y para ornamentos siendo las plumas de la cola muy codiciadas por su gran tamaño y colorido. Con la llegada de los europeos a América fueron además perseguidos para enviarlos al viejo continente como mercancía, también muy codiciada.

Estas poblaciones diezmadas no escaparon al proceso de defaunación que sufrió la provincia de Corrientes que incluyó la extinción local de otras poblaciones de grandes animales como tapires, pecarí de collar, oso hormiguero, lobo gargantilla, y el yaguareté. Hoy en día, las escasas poblaciones de guacamayo rojo más cercanas a Corrientes se encuentran hacia el norte, a más de 300 kilómetros y por fuera de las áreas protegidas adecuadas que podrían sostener su viabilidad a largo plazo.

Desde el punto de vista ecológico, la pérdida de los guacamayos y la de otros grandes frugívoros del monte como el muitú y el tapir, tiene sus consecuencias sobre el funcionamiento de las islas de monte o mogotes en la región. Estas islas de monte no solo tuvieron que soportar el uso extractivo de madera por parte del hombre y la presión ejercida por el ganado, sino que además, la desaparición de especies de fauna que se alimentan de frutos, como el guacamayo o el muitú, impidió la dispersión de semillas y la regeneración del bosque.

En el marco del proyecto de reintroducción de la especie, durante la primera mitad del 2015, los guacamayos recepcionados por el Centro Aguará fueron reagrupados para facilitar la formación de lazos y crear así un grupo cohesivo, maximizando las posibilidades de supervivencia una vez liberados. Además, durante este primer período, los individuos fueron examinados y se realizaron los exámenes veterinarios requeridos para su liberación.

El primer grupo de guacamayos que será liberado se encuentra equipado con emisores de VHF para poder monitorearlos y actualmente ocupa la jaula de aclimatación cerca del camping de Monterrey en el Portal Cambiretá de los Esteros del Iberá, situado al sur de las localidades de Ituzaingó y Villa Olivari.

En el grupo de liberación de 7 individuos, hay 4 machos y 3 hembras. No es posible distinguir a simple vista entre machos y hembras porque se ven iguales. Para tener alguna certeza es necesario hacer un análisis de ADN o una endoscopía.

Más información acerca del proyecto en:  http://www.conicet.gov.ar/2015/09/07/guacamayo-rojo-el-habitante-de-los-bosques-nativos-que-volvera-tras-200-anos-de-ausencia/